Un collar de perro debe quedar ajustado pero no demasiado. Deberían caber cómodamente dos dedos entre el cuello de tu perro y el collar, un poco menos en el caso de perros pequeños. Eso permite un ajuste seguro sin causar incomodidad ni restringir la respiración o el movimiento de tu perro. Si el collar está demasiado apretado, puede provocar incomodidad, dificultad para respirar y posibles lesiones. Por otro lado, si el collar está demasiado suelto, existe el riesgo de que se salga. Comprueba y ajusta el collar con regularidad para asegurarte de que el ajuste es adecuado.
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